miércoles, 27 de noviembre de 2013

HISTORIAS: RUGBY, EL DEPORTE QUE UNIÓ A UN PAÍS

Por muy conocida que sea la historia del rugby sudafricano, nunca deja de sorprender como los valores del deporte permiten unir a las personas. El Rugby, un deporte cuestionado por muchos, por la intensidad del contacto físico, y amado por quienes lo saben disfrutar es una disciplina que forja el carácter de quienes lo practican, fomenta el espíritu colectivo y los valores de lealtad y solidaridad.

Nelson Mandela, un hombre que paso 27 años en la cárcel para luego ser el presidente de Sudáfrica, encontró en el Rugby los valores para unir su país y combatir la segregación racial. El apartheid, un fenómeno de segregación implantado por colonizadores había tomado forma jurídica desde 1948 al ser respaldado por leyes promulgadas.

La segregación consistía básicamente en la división de las diferentes razas para promover el desarrollo. Por ejemplo, se reservaban ciertos distritos en las ciudades donde sólo podían ser propietarios los blancos, forzando a los no blancos a emigrar a otros lugares.

Oponerse a este sistema, le costó a Mandela 27 años de cárcel. Tras su liberación en 1990 el país se encaminaba hacia una guerra civil. Luego de ser elegido presidente, el primero de raza negra en la historia de pueblo, su desafío era evitar la conformación de frentes terroristas y unir a los sudafricanos.

De esta manera encontró en el rugby la oportunidad para despertar el espíritu de unidad. Pero hasta entonces, este deporte era exclusivo de los blancos y los negros lo detestaban. Fue así que previo a la organización del Mundial de Rugby de 1995 pidió al capitán de la selección nacional sudafricana su colaboración y la de todo el equipo para integrar a los negros y despertar identificación con los Springboks.

El mensaje de Mandela logró que el equipo aprendiera un nuevo himno en lengua zulú. Era el himno que se cantó durante décadas en las manifestaciones de los negros contra los blancos. Mientras tanto, Mandela se esforzaba en convencer a los negros que los Springboks también les pertenecían.

En el quince de Sudáfrica sólo había un no blanco, Chester Williams, que era mulato. En la semifinal contra Francia, Sudáfrica ganó en un agónico final que despertó la efervescencia deportiva de todos por igual. La final fue contra los All Blaks considerados la mejor selección del mundo. Otro motivo para unirse frente a tan poderoso rival.

Sudáfrica fue el campeón del mundial y la imagen de Mandela entregando el trofeo a su amigo Pienaar, capitán del equipo, luciendo la camiseta de los Springboks se transformó en una de las imágenes del siglo XX.

Gracias a la pasión que despierta el deporte Mandela logró unir al país, blancos y negros festejaron juntos, y a partir de allí se acabó la extrema derecha, las bombas, y se consolidó la democracia. La pasión por el deporte despierta los mejores valores.



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